En nuestra misma anatomía, se presentan diferentes zonas donde se producen movimientos. A estas "zonas" específicas se les llama articulaciones y es aquel punto donde se unen dos o mas huesos con un adecuado sistema muscular.
Estas están conformadas por elementos duros que se le denomina superficie articular, y elementos blandos llamados ligamentos articulares, cartílagos articulares, meniscos, cápsula articular y membrana sinovial. Todos estos elementos conforman la unión, amortiguación y facilitación de los movimientos.
La siguiente imagen identifica y/o señala donde se encuentran las articulaciones en el cuerpo humano y sus movimientos tienen denominaciones específicas: flexión, extensión, abducción o alejamiento, aducción o acercamiento, rotación interna y/o externa.
Pueden clasificarse en dos estructuras:
- Por su estructura
(morfológicamente):
Morfológicamente, los
diferentes tipos de articulaciones se clasifican según el tejido que las une en
varias categorías: fibrosas, cartilaginosas, sinoviales o diartrodias.
- Por su función
(fisiológicamente):
Fisiológicamente, el cuerpo
humano tiene diversos tipos de articulaciones, como la sinartrosis (no móvil),
anfiartrosis (con movimiento muy limitado) y diartrosis (mayor amplitud o
complejidad de movimiento).
El cuerpo del adulto esta
formado por 206 huesos aproximadamente, los cuales son rígidos y nos sirven
para proteger a los órganos blandos del organismo. Los huesos están formados en
su mayor parte por calcio, y a su vez ayudan
al equilibrio de éste (homeostasis). Más concretamente, tienen cinco funciones
principales: sostén, protección, movimiento, reservorio y hematopoyética.